Paso demasiado tiempo con el móvil, como mucha gente. Fantaseo con volver a un viejo Nokia y olvidarme de las muchas horas al día que malgasto pegado a una pantallita de luz, atrofiándoseme los ojos y el cerebro, pero ahora tengo un motivo más o menos digno para seguir enganchado: me he descargado una aplicación para escribir entradas en cualquier momento.
Así es muy fácil mantener el blog al día: bastan cinco o diez minutos de aburrimiento, una reflexión cazada al vuelo a golpe de pequeñas pulsaciones con los pulgares sobre la pantalla. Y ya está.
Una solución a dos problemas: mi uso excesivo del móvil y mi falta de constancia.
A ver cómo evoluciona.
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